Bellini falleció el 20 de marzo de 2014 a los 83 años. Atrás dejó una carrera inolvidable digna de entrar en las páginas más bellas de los libros de historia del fútbol. Primer capitán mundialista de la selección brasileña en 1958, el defensa logró el segundo título en 1962 junto a Mauro, el capitán de aquel triunfo.
Nacido en Itapira (estado de São Paulo), Hilderaldo Luís Bellini dejó huella en este deporte no sólo por sus 57 partidos con la Seleção, en los que logró 42 victorias y marcó ocho goles, además de 11 empates y tres derrotas. Tampoco fue únicamente por su idolatría en el Vasco da Gama, donde jugó durante 11 años y se proclamó tres veces campeón del Estado de Río de Janeiro (1952, 1956 y 1958) y ganó el Torneo Río-São Paulo en 1958.
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Bellini inmortalizó un gesto asociado a las victorias: levantar el trofeo por encima de su cabeza para celebrarlo. Hasta hoy, jugadores de todo el mundo repiten este movimiento para celebrar la conquista de un título. La imagen del capitán está inmortalizada en una de las entradas del estadio Maracaná de Río de Janeiro, uno de los grandes escenarios del fútbol mundial.
Aunque ahora pueda parecer natural, admitió que la acción se produjo por casualidad.
“No pensé en levantar el trofeo, de hecho, no sabía qué hacer con él cuando lo recibí de manos del Rey Gustavo de Suecia. Durante la ceremonia de entrega del trofeo Jules Rimet, hubo mucha confusión, con muchos fotógrafos intentando encontrar una posición mejor. Fue entonces cuando algunos de ellos, los más bajitos, empezaron a gritar: “¡Bellini, levanta el trofeo, levántalo Bellini!”, ya que tenían problemas para hacer fotos. Fue entonces cuando lo levanté”, explicó.
