El Senado brasileño está tomando medidas decisivas contra el amaño de partidos de fútbol mediante la creación de una comisión parlamentaria. A la cabeza de este esfuerzo está el senador Romário, el famoso ex delantero del Barcelona y campeón de la Copa del Mundo de 1994, que se refirió a un informe de Sport Radar que destaca 109 partidos sospechosos en Brasil durante 2023.
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Esta medida se produce después de que el Ministerio Público del Distrito Federal y los Territorios iniciara la “Operación Fin de Juego” para investigar las acusaciones de amaño de partidos en la liga del Candangão. La operación apunta específicamente a Nathan Henrique Gama da Silva y Alexandre Batista, jugadores del Santa Maria, por sospechas de manipulación de partidos contra el Gama y el Ceilandia.
Hoje, no Plenário do Senado, falei mais uma vez sobre a importância da CPI de Manipulação de Resultados. Coloco em destaque a luta para garantir a integridade do futebol. A instalação da CPI é um passo crucial para investigar uma teia complexa de apostas, fraudes e manipulações… pic.twitter.com/oghfz1xxaM
— Romário (@RomarioOnze) March 12, 2024
La solicitud de Romário la semana pasada para la formación de la CPI (Comisión Parlamentaria de Investigación) supuso un paso importante. En Brasil, una comisión de este tipo tiene amplios poderes de investigación, incluida la autoridad para violar secretos bancarios, fiscales, de datos y telefónicos.
Esta iniciativa sigue a la legalización de las apuestas por parte del gobierno brasileño el año pasado, que, a pesar de sus posibles beneficios económicos, carecía de medidas exhaustivas para evitar el amaño de partidos. Una minuciosa investigación realizada en 2023 reveló intentos de soborno a jugadores en Goiás por parte de grupos criminales para amañar partidos, lo que subraya las dificultades para salvaguardar la integridad del deporte.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha mantenido una postura prudente ante estos acontecimientos. Sin embargo, el nombramiento de Eduardo Gussem, ex Fiscal General de Río de Janeiro, como responsable de integridad de la organización, indica un enfoque más proactivo en la lucha contra la corrupción en el fútbol.
