El Santos fue sancionado con seis partidos de local a puerta cerrada por los disturbios ocurridos el 6 de diciembre del año pasado, cuando se confirmó el primer descenso en su historia. Así lo determinó el Tribunal Superior de Justicia Deportiva de Brasil, en un dictamen que incluye además una multa de 100.000 reales (unos 20.000 dólares).
El fallo, que puede ser apelado, debería hacerse efectivo cuando empiece el campeonato de la Serie B en la tercera semana de abril.
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El tribunal condenó a la institución por “dejar de tomar medidas capaces de prevenir y reprimir” los actos ocurridos tras la derrota de local ante Fortaleza en la última fecha del Brasileirão. Esa caída decretó la pérdida de la categoría, lo que enfureció a parte de los simpatizantes.
Adentro del estadio Vila Belmiro se produjo una invasión al campo de juego y hubo lanzamiento de objetos contundentes desde las gradas. Afuera, un grupo vandalizó locales comerciales e incendió autobuses y vehículos particulares, incluyendo algunos de los futbolistas del Peixe.
El fiscal del caso había solicitado que sean diez los partidos en los que el equipo juegue sin su público, la pena máxima por los hechos juzgados. Por el contrario, el abogado del Santos solicitó que no haya castigo al argumentar que esa noche se hizo todo lo posible para evitar la violencia.
En sintonía, el presidente del Santos, Marcelo Teixeira, tildó de “inadmisible” lo ocurrido el pasado 6 de diciembre, pero destacó que han colaborado con las autoridades brasileñas para identificar a los responsables. Asimismo, reafirmó su compromiso de que a partir de mayo adoptarán un sistema de reconocimiento facial en el estadio.
