João Gomes destaca con los Wolves; su entrenador, Gary O’Neil, quiere más del brasileño

Bajo la atenta mirada de O'Neil, Gomes no se limita a jugar al fútbol. Está aprendiendo todo sobre el arte de desenvolverse en el deporte rey
por
Angel Yngargiola
2024-02-25 12:00:24

En el fútbol, donde el talento a menudo choca con las expectativas, Gary O’Neil, entrenador del Wolves, ha encontrado una joya en João Gomes. “Me encanta João Gomes”, confiesa O’Neil, no sólo como entrenador, sino con el afecto de un mentor que ve el diamante en bruto. Al fin y al cabo, Gomes no es un jugador cualquiera. Su reciente exhibición de habilidad, al marcar dos goles contra el Tottenham, no es sólo una actuación; es una declaración.

O’Neil, con una mezcla de orgullo y un ojo agudo para el desarrollo, señala: “Todavía tiene mucho que aprender, pero en cuanto a atributos tiene prácticamente todo lo que se busca en un centrocampista tenaz y ganador de balones”.

Es un cumplido sutil. Sí, Gomes tiene el corazón, el talento en bruto. Pero como cualquier artesano con una pieza de material fino, O’Neil sabe que el valor reside en el refinamiento. “Estamos intentando pulir algunos detalles. A veces sus pases o su cuidado con el balón pueden mejorar”.

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El viaje de Gomes, tal y como lo ve O’Neil, no consiste sólo en llegar a lo más alto; se trata del camino recorrido, de las lecciones aprendidas:

“Ojalá podamos llevarlo a la cima del juego, pero ojalá eso signifique que siga con nosotros en ese momento”. Es una declaración esperanzadora, teñida de la realidad del fútbol moderno, donde el talento a menudo se encuentra tirado en múltiples direcciones.

Gary O’Neil, entrenador de los Wolves:  “Gomes aún es joven”

Gomes es joven, un hecho al que O’Neil vuelve, un recordatorio no sólo para los aficionados, sino quizás para el propio Gomes:

“Todavía es muy joven y estoy seguro de que habrá altibajos con él”.

Hay un tono paternal en la reflexión de O’Neil sobre la necesidad de gestionar las expectativas, de dar a Gomes el espacio necesario para crecer, respirar, vacilar y levantarse.

Y en este viaje, la presencia de Mario, el experimentado centrocampista, no es sólo una colocación táctica. Es un acto deliberado de tutoría, de transmisión de sabiduría:

“Tener a Mario al lado, un experimentado, le ha ayudado mucho”. Es un testimonio de la creencia de que, en el fútbol, como en la vida, el crecimiento suele venir de quienes han recorrido el camino antes que nosotros.