El surgió en 2009 y salvó al Botafogo del descenso de la Liga Brasileña de aquel año, haciéndose así, ídolo de las mayores hinchadas del país. Con una velocidad increíble, una bella capacidad de finalización y dribles desconcertantes, Jobson parecía ser más un brillante jugador que surgía para brillar. Menos de dos años después, Jobson fue expulsado del Bahía, y no tiene mucha perspectiva en la carrera como jugador de futbol.
El jugador, que en sus mejores momentos llegó al nivel de los delanteros de la Selección Brasileña, tendrá que jugar la Serie B o C de la Liga Brasileña.
Con un futbol envidiable, pero un currículo lamentable, el Sambafoot recuerda un año y medio que trasformaron al atacante en uno de los jugadores más polémicos que ya pasaron por los clubes brasileños.
Buenas actuaciones regadas por las drogas en el Botafogo
El Botafogo estaba en las últimas posiciones de la Liga Brasileña de 2009 cuando trajo, viniendo del Brasiliense, un paraense desconocido, Jobson, que hasta entonces, era desconocido de la gran media. Bastaron pocas rondas para que el delantero destacara y ganara la titularidad del equipo. Prácticamente solo, salvó al Botafogo del descenso. Su actuación contra Sao Paulo, en la antepenúltima ronda, con dos de los tres goles, cuando Sao Paulo era líder, es una de las mayores actuaciones individuales de un jugador en el Botafogo en los últimos tiempos. En el juego decisivo, marcó el gol salvador que libró al Bota del degüelle, por encima del Palmeiras, que disputaba el titulo de aquel año.
Valorado, Jobson aceptó su transferencia para el Crucero. Una polémica, sin embargo acabó con el negocio. Jobson fue cogido en el antidoping por uso de cocaína, y condenado a dos años de suspensión. Meses después, en una entrevista, admitió el consumo de crack, un derivado de la cocaína, en la noche de Rio de Janeiro.
El perdón de la justicia y del Botafogo
En abril una nueva audiencia disminuyó la pena del jugador a seis meses, posibilitando la vuelta de Jobson a los campos en Julio. El Botafogo pagó para recuperar al jugador, e hizo un contrato que incluía tratamiento psicológico y exámenes para detectar la presencia de drogas en el organismo. Todo parecía ir bien. El jugador volvió a presentar el bello fútbol y el Botafogo llegó a ser vice líder de la Liga Brasileña con él en el campo. Camisas 9, con el nombre de Jobson en el dorsal, llegaron a ser vendidas por el club. De nuevo, ídolo.
Pero al poco, Jobson comenzó a no ser convocado en los partidos por Joel Santana, técnico del Bota en la época, a faltar y llegar tarde a los entrenamientos y por fin, fue alejado del elenco y culpado por la caída de la productividad del equipo en el final del campeonato, que quedo fuera de la Libertadores. Jobson no formaba más parte de los planes del Botafogo. Con la nueva expulsión del Bahía, el técnico de la época, Joel Santana, comentó:
– Nosotros hablamos bastante (en el Botafogo). En un determinado momento él tuvo un comportamiento ejemplar. Pero después las cosas comenzaron a desentonar. Hubo varias y varias (polemicas). La cosa llegó hasta tal punto que yo dije que no daba para más. No vi como podía mejorar (…) Llegó un determinado momento en que él estaba empezando a mentir. – afirmó el entrenador del Crucero en el programa “Bien Amigos”, en el SPORTV.
Decepciones en el Bahía y en el Atlético-MG
El Atlético-Mg fue el siguiente en apostar por Jobson. Hizo un contrato de préstamo y fue presentado como crack en el equipo minero. Comenzó razonablemente bien pero no duró ni hasta Abril. Coleccionó algunas polémicas con compañeros, faltó a entrenamientos y pidió salir alegando no estar satisfecho en Bello Horizonte.
Cansado, el Botafogo no aceptó al delantero de vuelta, aún con las peticiones de la hinchada.
– El Botafogo hizo una inversión en el jugador, pero en determinados momentos él tuvo una conducta que contraría a la de un atleta profesional. Para que haya una decisión, además de las exigencias hechas por el presidente, el departamento de fútbol mostró que Jobson necesita seguir un camino. Y en el Botafogo él no tiene más derecho a errar – dijo, el 28 de Abril de ese año, el gerente de fútbol del club, Anderson Barros.
Y el Bahía, que volvía a la Serie A, fue el próximo en apostar por el jugador. Apostar, encantarse y, luego después decepcionarse. Parece ser ese el destino de todo club al que el delantero va. El jugador fue, hasta ahora, el gran destaque del equipo en la Liga Brasileña. Hizo 14 juegos, marcó seis goles (es el artillero del equipo), y encanta a los seguidores bahianos con sus jugadas rápidas. Pero comenzó a tener roces con compañeros y a faltar a los entrenamientos.
El resultado fue una vez más una expulsión para la colección del jugador. Ayer, el Bahía comunicó la decisión de no contar más con el jugador en el elenco.
Ahora solo la Serie B o C, o ni eso.
Jobson ya hizo más de siete juegos por el Bahía en la Liga Brasileña, lo que le impide ser titular en otro equipo de Serie A. Se le suma el hecho de que el jugador ya realizó dos transferencias interestatales en 2011, lo que no le permite hacer ninguna más. O sea: el jugador sólo puede ser titular en algún equipo de la Serie B o C si es un equipo de Río de Janeiro; Duque de Caxias, en la Serie B; o Madureira y Macaé, en la Serie C.
Otro problema es el juicio del que Jobson espera el veredicto, programado para Septiembre. El primer problema del jugador, envuelto en el consumo de crack, hizo que la Corte Arbitral del Deporta juzgará al jugador internacionalmente, y el jugador puede ser suspendido nuevamente.
Una carrera que tenía todo para ser gloriosa pero que, al parecer, ya no funcionó a los 23 años.
Información escrita por Thales Machado
